ULTIMOS AÑOS:
LIBROS
The Torrents of Spring
Fiesta Adiós a las armas
Verdes colinas de África
Tener y no tener
Por quién doblan las campanas
Al otro lado del río y entre los árboles
El viejo y el mar
El 2 de julio de 1961 se disparó a sí mismo con una escopeta. Dada la ausencia de una nota de suicidio y el ángulo del disparo, es difícil determinar si realmente su muerte fue autoinfligida o si fue un accidente. Se presume que una posible causa fue la enfermedad de Alzheimer que le fue diagnosticada poco antes, así como su marcado carácter depresivo y su alcoholismo.
En el año 2006 se hizo público que Ernest Hemingway relató sus experiencias en la guerra a Arthur Mizener, profesor de literatura de la Universidad de Cornell, a quién confesó: "He hecho el cálculo con mucho cuidado y puedo decir con precisión que he matado a 122 prisioneros alemanes". "Uno de esos alemanes era un joven soldado que intentaba huir en bicicleta y que tenía más o menos la edad de mi hijo Patrick", contó. Patrick había nacido en 1928, de modo que la víctima debía tener 16 o 17 años. El escritor le cuenta a Mizener que le "disparó a la espalda con un M1". La bala, de calibre 30, le dio en el hígado.
En una de sus cartas a su última esposa Mary Welsh en 1944, Hemingway escribió: "Muchos muertos, botín alemán, tantos tiroteos y toda clase de combates".
Pero en otra misiva enviada a su editor, Charles Scribner, en agosto de 1949 - cuatro años después de finalizada la Segunda Guerra-, relató: "Una vez maté a un kraut de los SS particularmente descarado. Cuando le advertí que lo mataría si no abandonaba sus propósitos de fuga, el tipo me respondió: Tú no me matarás. Porque tienes miedo de hacerlo y porque perteneces a una raza de bastardos degenerados. Y además, sería una violación de la Convención de Ginebra. Te equivocas, hermano, le dije. Y disparé tres veces, apuntando a su estómago. Cuando cayó, le disparé a la cabeza. El cerebro le salió por la boca o por la nariz, creo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario