domingo, 26 de febrero de 2012

EL PODER DE LA PALABRA

CAPÍTULO 2:

                (...) Así fuí a dar,a la hora ya muy avanzada de la noche y por un suburbio extraviado y para mí casi desconocido, en un restaurante, detrás de cuyas ventanas resonaba violenta música de baile. Dentro había ambiente de juerga, algarabía de muchedumbre, humo, vaho de vino y griterío.
                 Empujado por la multitud de un lado a otro por el salón, fui apretado contra una mesa cerca del mostrador; en el diván junto a la pared estaba sentada una bonita muchacha pálida, con un ligero vestidito de baile, con gran escote, en el cabello una flor marchita. La muchacha me miró con atención y amablemente cuando me vio llegar; sonriendo, se hizo un poco a un lado y me dejó sitio.
    -¿Me permite? -pregunté.
    -Naturalmente que te permito -dijo.
    -Gracias -dije- ;me es imposible ir a casa; no puedo, no puedo, quiero quedarme aquí, a su lado, si es usted tan amable. No, no puedo volver a casa
    - Quedate aquí -me dijo- ¿Por qué es por lo que no puedes volver a tu casa?
    -No puedo. en casa me espera algo....No,no puedo; es demasiado terrible
(.........)
    - Yo te gusto -continuó ella-; he roto tu soledad, te he recogido precisamente ante la puerta del infierno y te he despertado de nuevo. Pero quiero de ti mas. Quiero hacer que te enamores de mí. No,no me contradigas, déjame hablar. Te gusto mucho, de eso me doy cuenta, y tú me estás agradecido, pero enamorado de mí no lo estás. Yo voy a hacer que lo estés, esto pertenece a mi profesión; como que vivo de eso, de poder hacer que los hombres se enamoren de mí. Pero enterate bien: no estoy enamorada de tí, tan poco enamorada como tú de mi. Pero te necesito como tu me necesitas. Te necesito a ti, no hoy, más adelante, para algo muy importante y hermoso. Te daré mi ultima orden cuando estés enamorado de mí.

     Levantó un poco en la copa una de las orquídeas de color violeta oscuro, con sus fibras verdosas.
    -No te ha de ser cosa fácil, pero lo harás. Cumplirás mi mandato y me matarás. Eso es todo. No preguntes nada.
(....)

jueves, 9 de febrero de 2012

EL PODER DE LA PALABRA


 Capítulo 1:
               
             (...)¡Qué día tan sin consuelo había sido, tan vergonzante, tan siniestro, desde la mañana hasta la noche, desde el cementerio a la escena en casa del profesor!¿Para qué? ¿ Había alguna razón para seguir echando sobre sí más días como éste? ¡No! Y por eso había que poner fin esta noche a la comedia. ¡ Vete a casa, Harry, y córtate el cuello! Bastante tiempo has esperado ya.
            De un lado para otro corrí por las calles, en miserable estado. Naturalmente, había sido necio por mi parte manchar a la buena gente el adorno de su salón, era necio y grosero, pero yo no podía y no pude de ninguna manera otra cosa, ya no podía soportar esta vida dócil, de fingimiento y corrección. Y ya que por lo visto tampoco podía aguantar la soledad, ya que la compañía de mí mismo se me había vuelto tan indeciblemente odiada y me producía tal asco, ya que en el vacío de mi infierno me ahogaba dando vueltas, ¿Qué salida podía haber todavía?. No había ninguna.¡Oh, padre y madre mios! ¡Oh, fuego sagrado lejano de mi juventud, oh vosotros, miles de alegrías, de trabajos y de afanes de mi vida! Nada de todo ello me quedaba, ni siquiera arrapentimiento, sólo asco y dolor. Nunca como en esta hora me parece que me había hecho tanto daño el mero echo de tener que vivir.

lunes, 6 de febrero de 2012

ESCRITORES SUICIDAS

Jacques Rigaut


 Poeta surrealista nacido en París. Su obra más importante, Agencia General del Suicidio, tiene el germen que prevé su propia tragedia, pues para Rigaut la vida no era más que el periodo de preparación para el acto supremo de suicidarse. Activo miembro dadaísta y uno de los inspiradores del surrealismo, obsesionado por la desesperada inmovilidad de los objetos, se vio en vida incapaz de llevar a cabo sus proyectos literarios. Tenía la extraña manía de acercarse a alguien en la calle o en una reunión y arrancarle, sin que se diera cuenta, un botón. Su colección fue impresionante; y sus piezas más valiosas eran los botones dorados de los policías. El escritor fascista Drie la Rochelle, que también se suicidó, le convirtió en protagonista de dos de sus novelas. Otras obras suyas fueron, Lord Pachtogue, Ecrits y Et puis merde!. El 5 de noviembre de 1929 y estando en una clínica de desintoxicación, una vez tomada la decisión de matarse, se vistió completamente, se tendió en la cama y se rodeó de almohadones para que el impacto del disparo no le hiciera perder la postura. Hecho esto se disparó una bala en el corazón, con la que consumó un suicidio para todos anunciado.
             




          "Mi libro de cabecera es un revólver" y quizá alguna vez "al acostarme, en vez de apretar el interruptor de la luz, distraído, me equivoco y aprieto el gatillo."